Evita que estos errores te detengan

Lo que haces en tu día a día puede potenciar tus resultados o frenarlos sin que te des cuenta.

U
N
O

1

Descuidar tu descanso

Dormir bien también forma parte del entrenamiento. Mientras duermes, tu cuerpo repara lo que el esfuerzo desgasta y tu mente ordena todo lo que has aprendido en la pista. Un sueño profundo y suficiente te ayuda a moverte con más precisión, a pensar más rápido y a controlar mejor tu cuerpo. Descansar no es perder tiempo: es el momento en que tu progreso se consolida. Cada hora de sueño es una inversión silenciosa en tu rendimiento y en tu energía para patinar mejor al día siguiente.

D
O
S

2

Alimentacion irregular

No puedes moverte con energía si no alimentas tu motor. El cuerpo no funciona solo con ganas: necesita nutrientes que le den fuerza, equilibrio y concentración. Cada comida es una oportunidad para cuidarte y construir la energía que te sostiene en cada salto, giro o coreografía. Elegir alimentos reales, hidratarte bien y comer a tus horas es una forma de entrenar desde dentro. Recuerda: lo que pones en tu plato se refleja en cómo te mueves sobre ruedas.

T
R
E
S

3

Fuera de pista

Entrenar no siempre significa estar sobre ruedas. Tu cuerpo también aprende y se fortalece en los gestos cotidianos. Elegir caminar en lugar de coger el coche, subir las escaleras en vez del ascensor o mantener una buena postura cuando estudias o trabajas, son formas de entrenamiento silencioso que mejoran tu equilibrio, fuerza y coordinación. Cada decisión de moverte cuenta: tu físico se adapta, tus músculos se activan y tu conciencia corporal se afina. Así, cuando llegas a la pista, tu cuerpo ya está preparado para responder con más precisión, ligereza y control. Porque el patinaje artístico no se entrena solo durante la clase… también se construye en todo lo que haces fuera de ella.

C
U
A
T
T
O

4

No estirar ni moverte.

La movilidad fuera de pista también puntúa. Si solo entrenas durante la clase y no dedicas tiempo a estirar, activar y movilizar articulaciones, tu cuerpo se vuelve más rígido y aumenta el riesgo de lesiones. Esa rigidez limita tu técnica, reduce la fluidez en los giros y resta elegancia a tus líneas. Invertir 10–15 minutos diarios en movilidad (cadera, tobillo, columna), estabilidad de core y estiramientos suaves tras patinar puede mejorar el control en recepciones, la coordinación y la calidad de tus transiciones. Es una rutina breve que protege, estiliza y hace que todo “ruede” mejor.